Después de varias semanas (o meses) sin haber utilizado nuestro automóvil, es necesario realizar una puesta apunto antes de volver a la carretera para asegurarnos de que todo sigue funcionando correctamente.
Desde nuestra documentación hasta los neumáticos de nuestro vehículo, tras el parón del estado de alarma hay elementos que necesitan una comprobación previa. Solo así podremos evitar riesgos innecesarios y multas.
Te contamos todo lo que debes tener en cuenta en la puesta a punto de tu automóvil en tu regreso a la carretera.
Qué revisar en la puesta a punto
Documentación
Al inicio del estado de alarma se anunció la suspensión de muchas gestiones administrativas, entre ellas las que fuera necesario realizar en comisarías de la Policía Nacional, además de los servicios de inspección de vehículos.
Por este motivo, durante este período de tiempo se prorrogaban los permisos de conducir, la expiración del DNI y los plazos para pasar la ITV. No obstante, con el inicio de la fase 1 ya se puede pedir cita previa para pasar la revisión, así como para el resto de tareas administrativas.
Es conveniente por tanto que revises que toda tu documentación siga al día. En el caso del seguro de tu coche, aunque se suele renovar automáticamente también se recomienda revisarlo, especialmente si estás pensando en cambiarlo.
Además, muchas marcas anunciaron una extensión de la garantía de sus automóviles, por lo que no estaría de más revisar este aspecto, sobre todo en caso de que tu coche presente algún problema derivado de la falta de uso durante estas semanas.
Limpieza y desinfección
No solo se trata de limpiar el polvo acumulado en el salpicadero después de estas semanas: hablamos de una desinfección lo más exhaustiva posible.
Para ello, recomendamos usar guantes desechables, agua y jabón, gel desinfectante con al menos un 70% de alcohol y los productos que solamos usar para limpiar el interior de nuestro automóvil. No uses nunca amoniaco ni lejía, ya que estos productos pueden estropear la tapicería.
Procura hacer hincapié en las zonas donde haya más contacto: manillas de las puertas, volante, palancas y freno de mano, retrovisor interior, hebilla del cinturón de seguridad, radio y controles centrales… Cuando termines, recuerda volver a lavarte las manos y echar a lavar esa ropa y zapatos que hayas llevado puestos durante la limpieza.
También es conveniente dejar en el automóvil una botella de gel desinfectante o toallitas antibacterias con al menos un 60% de alcohol, para poder limpiarnos las manos fácilmente cada vez que entremos en el coche o desinfectar cualquier superficie al momento. Nos será especialmente útil si tenemos niños, dado que son más propensos a tocar e introducirse las manos en la boca.
Es importante que nos aseguremos que nuestra visibilidad sea perfecta. Después de un tiempo parado, especialmente en el exterior de nuestro coche puede haberse formado una capa de suciedad, por eso limpiaremos espejos y cristales, tanto por dentro como por fuera. Lo ideal para limpiar el cristal delantero y las ventanillas es empezar echando agua desde el exterior, antes de usar el limpiaparabrisas u otro producto limpiacristales.
Motor
Siempre que vayamos a dejar de usar el coche durante un tiempo prolongado, se recomienda intentar al menos realizar un arranque a la semana o incluso moverlo un poco. Si no has podido hacerlo, presta atención al primer arranque después del parón.
Realiza este primer encendido del motor pisando el embrague a fondo: de esta forma no estarás forzando los engranajes de la caja de cambios. Es conveniente que dejes unos 15 minutos el motor encendido al ralentí (siempre al aire libre, para que haya ventilación) para que el coche vaya cogiendo temperatura, el aceite circule por todo el circuito y se activen los sistemas hidráulicos.
Neumáticos
Los neumáticos son un elemento clave a revisar antes de conducir, puesto que de ellos depende la integridad y estabilidad de nuestro vehículo en carretera.
Si tu coche no se ha movido del mismo sitio durante un largo período de tiempo, puede que los neumáticos hayan perdido presión. Incluso es posible que presenten algún tipo de deformación por haber estado apoyados en el mismo punto todo el tiempo.
Lo primero es revisar la presión de nuestras ruedas para comprobar que no hayan perdido aire debido al reposo, a la temperatura, o a la aparición de pequeñas deformaciones. Podremos saber cuál es la presión correcta para los neumáticos de nuestro coche comprobándolo en el manual del mismo, en el marco de la puerta del conductor o en la tapa del depósito de combustible.
Si hay una falta de presión importante en los neumáticos, lo sabremos al coger el volante porque puede haber vibraciones durante la conducción. En todo caso, antes de llegar a este extremo, lo mejor es acudir a la gasolinera más cercana para restablecer la presión correcta de nuestros neumáticos. Circular con una presión inadecuada, además de peligrar la conducción, afecta a la duración del neumático.
Batería
Además de los neumáticos, otro de los elementos de nuestro automóvil que más puede verse afectado por un largo tiempo de parón es la batería.
Muchos expertos recomiendan desconectarla directamente si vamos a estar durante mucho tiempo sin conducir, pero esto es algo que la mayoría de nosotros no hacemos. Si ha sido el caso, lo primero será comprobar que nuestro vehículo arranque, habiendo apagado antes todas las luces, aire acondicionado, equipo de sonido, etc.
En caso de que el coche no arranque o lo haga con dificultad, podremos hacerlo con unas pinzas o un arrancador portátil en caso de disponer de uno. Si la batería ya tiene unos años o notamos que sigue dando problemas en arrancados posteriores, puede que necesitemos cambiarla por una nueva.
Luces
Y no solo luces, sino también los indicadores del cuadro de mandos.
Es importante comprobar que todos funcionen correctamente, probando a cambiar entre luces de carretera, cruce y traseras. Revisa también las antiniebla delanteras y traseras, los intermitentes y luces de emergencia.
En cuanto a los indicadores, revisa especialmente (en este caso que no se enciendan) el que corresponde a la presión de aceite, a la temperatura del refrigerante, a los niveles del líquido de frenos y de combustible.
En caso de que algo no vaya bien, es conveniente que acudas a tu taller de confianza para que puedan revisar y solucionar cualquier problema, y así volver a la circulación con total seguridad.
Frenos
Aunque no se ilumine el piloto correspondiente en el cuadro de mandos de forma automática al encender el vehículo, es recomendable y conveniente hacer una rápida comprobación de nuestros frenos. Los discos pueden estar un poco oxidados, así que intentaremos frenar despacio y de forma continuada en nuestra primera salida.
Para asegurarnos de que no haya fugas en el líquido de frenos, es suficiente con encender el motor del automóvil y pisar el pedal de freno durante varios segundos. El pedal debería mantenerse en esa posición, lo que significaría que funciona correctamente.
Si por el contrario notamos que el pedal desciende lentamente, esto podría deberse a una fuga en el líquido de frenos o a algún otro problema relacionado. En este caso, acude al taller más cercano y no circules con el coche en estas condiciones.